Sobre el proyecto

El 15 de marzo de 2020 supuso un antes y un después para toda la sociedad española. El confinamiento decretado para frenar el avance de la pandemia de COVID-19 nos recluyó en casa durante más de tres meses. El miedo, la incertidumbre y la fragilidad inundaban el día a día. Esta experiencia, completamente inesperada y novedosa, llevó al límite la resiliencia humana. Uno de los colectivos más afectados fue la comunidad educativa, obligada a adaptarse a marchas forzada a un modelo de enseñanza telemática que pretendía mantener el nivel de exigencia en el proceso de enseñanza-aprendizaje y, además, evitar que el alumnado con un contexto social, cultural y tecnológico desfavorecido sintiese con más fuerza el impacto del confinamiento. Con el teletrabajo invadiendo nuestros hogares, la ansiedad y el estrés por estar a la altura de la situación pasaron una factura física y psicológica que aún perdura.

Por otra parte, el confinamiento mostró con claridad que el peso de los cuidados y la educación recae en las mujeres, quienes tuvieron que cargar con el peso de la crianza de sus hijos e hijas, las tareas domésticas y sus obligaciones profesionales. Este trabajo pretende poner en valor su esfuerzo y compromiso.

50 Miradas. Los rostros de la pandemia es el homenaje que el IES Santiago Apóstol de Almendralejo realiza a toda la comunidad educativa y, por extensión, a Extremadura. Las fotos representan la pluralidad presente en los centros educativos de la región. Participan hombres y mujeres de diferentes raíces étnicas, creencias religiosas, recursos económicos, orientaciones sexuales e ideologías. Son, así, un reflejo de la sociedad actual, de su riqueza y diversidad. A través de la participación de alumnado del centro, profesorado, AMPA e hijos e hijas de docentes, se expresa el poder de la mirada, la potencia expresiva del rostro humano, manifestando una diversidad de estados de ánimo entre los que se encuentran la tristeza, la ira, la frustración, el llanto, la desesperación o la rabia. En esta página los veremos y escucharemos, pues las voces de quienes colaboran en este ambicioso proyecto no podían ser silenciadas. Hablan de sentimientos, emociones y experiencias compartidas.

Las dos fotos sin rostro también tienen mirada, la de quienes se fueron. La ausencia de rostro es un vacío lleno de significado; es la ausencia de la presencia, la presencia de la ausencia. El silencio de la oscuridad más absoluta.

La exposición fotográfica, expuesta en el Centro Cultural San Antonio de Almendralejo durante los meses de noviembre y diciembre 2021, ha sido realizada por el fotógrafo Conrado del Castillo Miró y coordinada por el profesor Ricardo Hurtado Simó.